Sexo y tecnología: una asociación cada vez más estrecha

La sexualidad es una característica inherente del ser humano, por lo que siempre se ha adaptado a los distintos cambios sociales y morales.

Sin embargo, en los últimos 30 años la dinámica del sexo y la tecnología ha transformado la forma de ser y actuar de las personas, a tal grado que parece que esta relación tecnológica-sexual es cada vez más estrecha. Y en estos momentos deseamos que visualices un pequeño panorama de este amplio universo.

Sexo y tecnología

Binomio perfecto para una sociedad cambiante

Lo que nos ha demostrado la tecnología en los últimos años es la rápida adaptación a los cambios y el cómo los diversos aparatos tecnológicos ya son imprescindibles en el mundo actual. Así, muchas de las actuales generaciones comienzan a tener sus primeros acercamientos con la sexualidad y las relaciones a través de un smartphone.

De tal forma que también se han acuñado nuevos términos y definiciones como sexting y grooming; estas últimas, un par de prácticas que no solo pueden arruinar una vida social o dañar emocionalmente a una persona inocente.

Mientras que, en pleno proceso de adaptación, ya se comienzan a visualizar las posibilidades sexuales que se podrán alcanzar con la adaptación de la inteligencia artificial, incluida en tecnología háptica, para hacer realidad cualquiera de nuestros deseos sexuales (aunque con ello se degraden las relaciones personales).

En tanto que la realidad virtual y los hologramas parecen las opciones más cercanas, para experimentar sexualmente, para los próximos años.

El amor en los tiempos del móvil

Tal vez, para las generaciones actuales parece impensable toda la serie de protocolos que se debían de seguir décadas atrás para conocer a alguien. Y es que con la posibilidad de poder acceder a un móvil y conectarse a una aplicación, todo parece simplificado. Simplemente basta con ingresar algunos datos y en cuestión de segundos, una App como la de Tinder te puede poner en contacto con alguien afín.

Una mujer está buscando una pareja en Tinder

Un primer contacto que dista mucho de aquel modelo romántico en donde alguien se tenía que acerca a otra persona y esperar a ser correspondido, arguyendo toda una serie de maniobras y estrategia que le permitieran un contacto con aquel ser amado.

De igual modo, la sexualidad con tabúes es totalmente distinta a la sexualidad fantástica que se creado con el acceso a Internet. Y es que, los móviles, tablets y computadores nos facilitan el acceso a toda clase de información sobre sexualidad; aunque, esto tiene un ligero inconveniente en donde la información se puede pervertir para convertirse en un modelo de conocimiento bizarro.

Por lo que se confunde la sensualidad con la pornografía y lo romántico con lo ridículo. Lo que provoca que un nuevo acto de estimulación sexual, como el sexting (donde busca compartir información erótica con tu pareja) se pervierta y provoque una situación de degradación en dónde material íntimo y confidencial sea compartido con terceros solo para humillar a una persona.

En tanto que el grooming, una práctica relativamente nueva, es un acto aún más depravado en donde una persona mayor, a través de redes sociales, busca tener contacto con jóvenes o niños para estimularlos e incitarlos a tener relaciones con ellos. Un acto que además de ser una agresión contra un menor, también se ha convertido en un mecanismo para introducción hacia la prostitución y la explotación sexual.

Entones ¿es malo el binomio de sexo y tecnología?

Para concluir, si bien es cierto que en los últimos años ha existido una enorme influencia de la tecnología en nuestra forma de entender el sexo y la sexualidad. Al final, todo parece resumirse en la eterna posibilidad de encontrar a alguien que te complemente; mientras que el sexo y la sexualidad son actos inherentes al ser humano que se adaptan a los cambios que imponga la sociedad.

Y, si bien es cierto que la tecnología puede influir y pervertir la forma de ver el tema sexual, nosotros somos los únicos que podemos decidir hasta donde llegar y si una práctica es buena o mala. Y aunque, parece algo sugestivo entablar relaciones con el uso de aparatos tecnológicos, al final no debemos olvidar que no hay nada mejor que el contacto humano con un ser que pueda entendernos.